Hermosos días pasados en el Campamento de verano en Carrión (Palencia)

La ciudad de las "100 doncellas" acogió este año el Campamento de verano de la parroquia San Ildefonso de La Cistérniga. 84 niños y 17 monitores, un belén de gente que hizo que este fuera un campamento diferente, en la organización, en las rutinas, en los juegos... no es igual poner a jugar a 40 niños que a 80. Esa  fue la primera constatación que nos llevó a cambiar de lugar de campamento, en vez de Salamanca, fue Carrión de los Condes, pueblo palentino con rango de "ciudad", lleno de monumentos hermosos, hito fundamental en el Camino de Santiago, buen clima, buen río, buena gente... Nos sorpendió gratamente que en el juego de pistas por el pueblo, todos los comerciantes querían colaborar y de hecho lo hicieron: ¡15 trozos de mapa hubo que hacer! Los carniceros, la joyera... todos querían explicar qué es lo que vendían y qué relación tenía con el Antiguo Egipto. 

El cambio de lugar, nos brindó la posiblidad de otras actividades: baño en el río Carrión, ginkana guarra en el plantío, mercado del Camino de Santiago, misa en Santa María, concurso de pintura... además de las actividades clásicas del campamento entre las que destacó la "noche de miedo" con el juego "Psicofonías en el Antiguo Egipto", o "La búsqueda del color en la Gran Pirámide", o "La madición de los oasis de Egipto". Como novedad, también este año los niños escribieron una carta preciosa a sus padres, hablando de este "bonito Campamento". 

Mención especial merecen los monitores, siempre a la altura, siempre disfrazados, siempre con los ojos rasgados a lo egipcio, para dar lo mejor de si mismos a unos niños incansables realmente. También merece una mención especial el Buzón del Amor, que el primer día tuvo que convertirse en el Buzón de la Amistad, tal era la problemática que causaba.

El útlimo día lo dedicamos a la búsqueda de la momia. Cual expertos arqueólogos, salimos bien perterechados en busca de la momia de Akenaton IV. ¡¡Llena de golosinas y chuches estaba!! Yacía a las orillas del río Carrión, y dio de comer a todos los niños y monitores. Maravillosa momia.

En nuestro recuerdo, además de las campanas de las Clarisas que nos despertaban a todas las horas, queda la amistad, la sonrisa de los niños, algunas bromas eternas, la espontaneidad y la alegría de encontrarnos en un contexto diferente para aprender cosas diferentes. ¡¡Nos vemos en poscomunión el próximo curso!! ¡Qué bonito campamento!

Que la alegría del Campamento de este año, nos ayude en las horas bajas y los momentos difíciles, y sobre todo nos haga pensar que todo es posible para el que confía. Muchas gracias a todos, especialmente a los monitores, y feliz verano.